TÍTULO ORIGINAL: Hand-carved cuffins.
AÑO DE PUBLICACIÓN: 1980.
Mi experiencia de lectura
«Así fue que me encontré, una fría noche de marzo, sentado con Jake Pepper en su habitación del motel en los alrededores invernales y ventosos de ese pequeño pueblo desolado del oeste.»
Esta maravilloso y genial relato o nouvelle de suspense y gótico sureño (según mi interpretación) hace parte del libro Música Para Camaleones del autor norteamericano Truman Capote. Inicia contándonos de este detective llamado Jake Pepper y de su rutina como investigador en un pequeño pueblo que debe resolver unos misteriosos homicidios.
Este es un hombre solitario que se enfoca mucho en su trabajo investigativo y tiene una relación de algo cercano a la amistad con quien lo entrevista sobre un caso en particular de muertes en este pueblo, Truman Capote. Es fácil encariñarse con este personaje por la forma en la que se conecta con sus casos y lo importante que se vuelven para él, este es un arquetipo del típico detective obsesionado que trabaja día y noche, que a veces puede ser un poco misterioso no sólo por cómo desempeña su trabajo, sino porque no se relaciona fácilmente con sus compañeros policias lo cual lo hace ver casi como un desconocido o como alguien con el que no se quiere entablar relación, por lo demás muy bien desarollada en esta historia.
«Adentro de la caja encontré un féretro en miniatura. Era un objeto hermoso, tallado en madera de bálsamo. No estaba ornamentado, pero cuando se levantaba la tapa, se veía que el cajón estaba vacío. Contenía una foto»
Es puro suspense al ir descubriendo con ellos lo que conecta a los personajes que van siendo encontrados muertos de maneras extrañas o accidentales, de algunos se alcanza a pensar como suicidios o casos aislados, pero que la forma en cómo se conectan se va viendo la posibilidad de resolverlos como algo casi remoto o imposible. Finalmente, lo que los conecta es el hecho de que las personas que mueren en este lugar no sólo se vinculan por que previo a estos sucesos se encontraron unos pequeños ataudes tallados a mano con sus fotos dentro. Transcurre contándonos otras cosas que suceden y afectan directamente a nuestro detective estrella y finaliza de la forma más extraordinaria en la que una historia sureña podría terminar.
«Los Roberts no tenían hijos. Ni enemigos, tampoco. Todos los querían. Amelia trabajaba para su marido. Era su secretaría. Tenían un solo auto, e iban juntos a la oficina. La mañana que sucedió hacía calor.Muchísimo calor.»
Es un relato (o nouvelle) que recomiendo porque se que les va a encantar tanto o más que a mí, es uno de mis favoritos que conforma el libro Música para Camaleones, siento que lo deben leer sobre todo si como yo disfrutan de las historias en las que todas sus piezas encajan, que son catalogadas un poco de thriller y/o suspense, y en las que por supuesto hay algo de esos elementos que se pueden relacionar con el gótico sureño y magistrales narraciones de detectives.
